Era buena. Buenísima. Oleg Salenko al Manchester United y Éric Cantona al Valencia. Qué más quisieras, ché ¡King Éric! Lo sé. Pudo haber sido...pero no, no fue. Todo comenzó en enero de 1995 luego conocerse la sanción al francés debido a la histórica patada voladora que propinó al aficionado del Crystal Palace que no paraba de insultarlo en su camino a los vestuarios. Por la agresión, Cantona fue suspendido durante nueve meses y obligado a prestar 120 horas de servicios comunitarios para evitar cumplir las dos semanas en prisión a las que fue condenado.
A pesar de ser el más carismático y posiblemente el alma del United de los Keane, Beckham, Giggs, Scholes y Schmeichel, ante la presión ejercida por los medios de comunicación y la dirigencia de los Red Devils, Alex Ferguson tuvo que barajar la posibilidad de traspasarlo. Inter, Barcelona y Valencia pujaron fuerte por hacerse con sus servicios. Ya sabéis: "Cuando las gaviotas siguen al pesquero es porque piensan que las sardinas serán lanzadas al mar".
El Valencia fue el que estuvo más cerca de hacerse con sus servicios. Según Don Balón el conjunto valenciano no solo ofreció una buena cantidad de dinero sino también al pichichi del Mundial '94, Oleg Salenko. El Manchester United sopesó en un principio la oferta aunque finalmente decidió desestimarla y mantenerlo en plantilla hasta su retiro en 1997 por una sencilla razón: Cantona era demasiado bueno y no había jugador capaz de sustituirle...y si lo había, no era Oleg Salenko.
Referencias:
Oleg Salenko (Ficha en BDFútbol)
"El Manchester United paga a Cantoná unas vacaciones en una isla del Caribe" (El País, 08/02/1995)
El Mundo Deportivo (Hemeroteca)
Don Balón (Hemeroteca)
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