El rendimiento de
William Huapaya, lejos de ser bueno, siempre quedará ligado a una frase que le
espetó al ya por entonces entrenador del Deportivo de La Coruña, el mítico Arsenio
Iglesias, cuando éste le preguntó el motivo de sus bajas prestaciones.
Sin ruborizarse Huapaya respondió "estoy muy exigido, míster". Aún hoy, cuando
las cosas no salen bien y los resultados no llegan, los aficionados
deportivistas más curtidos recurren a ella evocándose nostálgicos a
tiempos previos a las distintas versiones del SuperDépor con la
esperanza de un nuevo advenimiento futbolístico-institucional.
Extremo peruano, William Sabino Huapaya Agüero llegó al Deportivo de La Coruña a comienzos de la década de los ochenta para allí militar entre las campañas 82/83 y 83/84, entre las que disputó 21 partidos y anotó 4 goles. Fue definido como un joven y eximio goleador que destacaba tanto por su velocidad como por su dribiling, aunque rondaba los treinta y durante su estancia en el fútbol español no dio muestras de ello: "Yo en Perú me caracterizaba por ser un delantero muy trabajador, algo desordenado. Me chocó todo: el clima, la lluvia, el frío. Teníamos que jugar con tacos altos y me sentía incomodísimo". El intermediario que había negociado entre su club de procedencia (Alianza de Lima) y el cuadro coruñés era un conocido experto en el arte de vender "neveras de la Antártida"...literalmente.
Augusto César Lendoiro terminó sacándole provecho al utilizarlo para marcar y definir una época en la historia del Dépor, aunque no precisamente por sus méritos. Lo hizo con una frase referida a la transición de un equipo que con él en la presidencia pasó de pelear por evitar el descenso a Segunda B a conseguir títulos a nivel nacional y a punto estar de hacerlo a nivel continental: "Pasamos del Deportivo de Huapaya al Deportivo de Bebeto", dijo Lendoiro el día en el que José Luis González Vázquez le detuvo a Djukic un penalty en el último minuto de la temporada 93/94.
Augusto César Lendoiro terminó sacándole provecho al utilizarlo para marcar y definir una época en la historia del Dépor, aunque no precisamente por sus méritos. Lo hizo con una frase referida a la transición de un equipo que con él en la presidencia pasó de pelear por evitar el descenso a Segunda B a conseguir títulos a nivel nacional y a punto estar de hacerlo a nivel continental: "Pasamos del Deportivo de Huapaya al Deportivo de Bebeto", dijo Lendoiro el día en el que José Luis González Vázquez le detuvo a Djukic un penalty en el último minuto de la temporada 93/94.
Una vez abandonado el Deportivo, William Huapaya retornó a su país para estudiar educación física en la universidad Federico Villarreal de Lima y adquirir experiencia en escuelas, colegios y clubes. Con el tiempo, se sacó el título de instructor de fútbol juvenil en España y en Septiembre de 2008 comenzó el curso para conseguir el de entrenador regional nivel II y para "ampliar conocimientos y volcarlos en el desarrollo del fútbol peruano con la mira puesta en el Mundial de 2014". No habrá triunfado en nuestro fútbol, pero ojo, puede presumir de profesionalidad y vocación por el deporte al que le dedicó y dedica su vida y prácticamente el tiempo que le queda después de trabajar a diario en una agencia de viajes madrileña para traerse a su mujer y a sus dos hijas desde Lima. Fue uno de los invitados a los actos del Centenario del Deportivo.
Referencias:
William Sabino Huapaya (Ficha en BDFútbol)
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