Carlos Fernando Navarro Montoya era un portero singular, de eso no cabe duda. Ágil, de espléndidos reflejos y casi siempre espectacular, su estética nunca pasó
desapercibida. Durante su etapa en el Extremadura lució
aquel mítico uniforme personalizado en el que se le veía conduciendo un
camión, y tanto en el Mérida como en el Tenerife solía incluir su dorsal en la parte delantera de su jersey.
El 26 de abril de 1998 el Real Madrid visitaba al Mérida en un encuentro correspondiente a la trigésimo quinta jornada de la Liga 97/98. Grande fue la sorpresa de los casi 15 mil espectadores que presenciaron el partido cuando observaron la indumentaria del Mono: medias blancas, pantalones negros y...jersey negro, genérico, posiblemente de entrenamiento y únicamente adornado por el logo en blanco de Puma tanto por delante como por detrás. Sin el escudo de su equipo, el logo de la LFP, publicidad ni dorsal.
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